Nos han programado para hacer cosas, no importa el qué, no importa cómo…, lo importante es hacer. Al menos eso es lo que nos han contado durante años. ¿No estás de acuerdo conmigo? Vamos a ver algunos ejemplos.
- El trabajo duro está bien valorado. Sin embargo ¿De qué sirve el trabajo duro sin aplicar inteligencia o al menos sentido común en él? Visto de otro modo ¿De qué sirve picar un agujero muy profundo sin un propósito claro? Yo sí lo se, sirve para agotarte y sudar en proporciones similares, para nada más.
- Nos explican que necesitamos una media de 10.000 horas de práctica para dominar una materia, pero… ¿Qué pasará si las 10.000 horas las pasas cometiendo los mismos errores sin ser capaz de al menos identificarlos? Serías expert@ en cometer esos errores, simplemente.
Podría seguir proporcionándote ejemplos, podría contarte la vida de miles de personas que se han limitado a trabajar duro y siguen sufriendo para llegar a fin de mes o siguen gastando su dinero sin tener en cuenta sus gastos mensuales fijos, imprevistos y futuros.
En fin ¿Seguro que es el trabajo duro lo que realmente importa para lograr tus objetivos?¿Seguro que no querer tener en cuenta tu contabilidad hará que crezca el dinero de repente? Ambas respuestas son de sentido común ¿Verdad? Pues déjame decirte que más del 70% de los españoles chocan con alguno de estos dos obstáculos en su vida al intentar tener éxito, y no solo una vez, muchas veces.
¿Por qué no logramos nuestros objetivos?
Toda tarea que quieras realizar, da igual que quieras tener éxito en los negocios, adelgazar 20 kilos, hacer una barra de pan en el horno de tu casa o vender de manera digital, es una consecución de pasos. Uno detrás de otro, sin más.
Aunque parezca fácil todos hemos fallado al intentar emprender algo en nuestra vida. ¿Por qué?
- No tenemos una visión global.
- No tenemos claro desde dónde partimos.
- Nuestras expectativas para el primer objetivo son demasiado altas.
- Carecemos de resiliencia, abandonamos demasiado pronto.
- No conocemos el paso a paso y nos lo inventamos, o elegimos un paso a paso alternativo que no es correcto.
- Queremos resultados enormes en un corto periodo de tiempo.
- Creemos que el éxito o el fracaso son conceptos contrapuestos.
- Estamos convencid@s que lograr algo es cuestión de muchísima fuerza de voluntad o muchísima suerte.
- Entendemos la disciplina como algo duro y aburrido.
- A la hora de elegir algo de dinero ahora o mucho después elegimos siempre el primero, dejando así escapar oportunidades.
Puede que al leer este listado de por qué fallamos te hayas sentido identificad@ en uno o varios puntos. Si es así sigue leyendo.
¿Primeros pasos para lograr tus objetivos?
En un principio deberíamos fijar una estrategia para el objetivo que queremos conseguir.
Para fijar una estrategia tenemos que tener cinco puntos claros:
- Debemos conocernos a nosotros mismos
- Debemos conocer el entorno en el que nos vamos a mover
- Debemos tener claro el objetivo al que queremos llegar
- Debemos saber de donde partimos
- Debemos conocer los caminos
Vamos a explicar estos conceptos un poco más.
Sea lo que sea lo que queremos conseguir; personal, profesional o de otra índole, conocer nuestras limitaciones, fortalezas, miedos, inseguridades, deseos, impulsos, habilidades, capacidad de aprendizaje en distintas materias, expertise, etc, nos fortalecerá. Tendremos un punto de partida mucho más claro porque sabremos con qué herramientas contamos.
En cuanto entramos en terreno empresarial es importante conocer el estado de salud actual de nuestro negocio, los ingresos mensuales, los gastos recurrentes, posibles imprevistos, herramientas con las que cuenta la empresa, así como qué tipo de clientes son los que más queremos atraer, cómo sienten, cómo piensas, cómo actúan.
Por otro lado, es indispensable conocer el objetivo al que quieres llegar al final de tu camino y dividirlo en pequeños hitos o mini metas para ir motivándote en el proceso y disfrutar de él. De esta manera será más difícil perder el enfoque.
La importancia de conocer el entorno en el que te vas a mover es relevante porque no es lo mismo fijarte el objetivo de correr la maratón de Londres que correr la MIM. Si no conoces la diferencia enseguida la tendrás clara. La maratón de Londres transcurre en carretera y generalmente en llano mientras que la MIM (Marató i mitja) es una maratón y media que transcurre en montaña. Obviamente la forma y tiempos de entrenamiento para una y otra son totalmente distintos.
¿Crees que en el mundo de los negocios es distinto? No es lo mismo lanzar un producto donde hay un exceso de oferta o competencia muy agresiva que realizar una propuesta de valor que te diferencia del resto.
Saber de donde partimos nos va a otorgar una dosis de realidad y sentido común para esperar resultados a corto plazo, también nos proporciona un mapa claro de los obstáculos que ahora son difíciles de saltar para nosotros y cómo poder rodearlos. En este post no puedo explayarme mucho más en cada concepto porque si no me desvío de mi objetivo que es hacerte ver la importancia de la creación de una estrategia para el logro de tus objetivos, aunque en próximas publicaciones nos adentraremos más a fondo en el tema.
¿Qué es una estrategia exactamente?
Una vez tienes todos los elementos del apartado anterior claros es el momento de crear una estrategia para dirigirte hacia el objetivo marcado. Pero…¿Qué es una estrategia exactamente?
La palabra viene del griego y su significado sería más o menos «guía para un ejército». Pero hoy en día su significado varía ligeramente.
Para crear una estrategia tienes que tener la capacidad de tener una visión global, no centrarse en una parte si no en el todo lo necesario para llegar a tu objetivo en un periodo determinado. Una estrategia es un plan general para llegar a tu meta. Es el qué hacer para llegar allí.
Pero eso solo es el principio. Una vez tienes clara la estrategia a seguir, el «qué hacer», queda otra incógnita clara…el «cómo hacerlo».
¿A qué me refiero con el «cómo hacerlo»?
Presta atención. No debes centrarte en cómo hacer algo si no tienes claro cual es la estrategia y el plan a seguir. Vamos a verlo:
- En primer lugar reúne los datos necesarios previos a generar la estrategia y estúdialos detenidamente.
- En el momento en el que tengas claro en qué punto te encuentras, cuales son tus limitaciones, tu objetivo, tus fortalezas y en el caso de un negocio; quien es tu cliente objetivo, cual es tu propuesta de valor, con qué herramientas cuentas y en qué te diferencias de ti competencia llega el momento de definir la estrategia.
- En el proceso de creación de estrategia ya sabes lo que te falta para llegar a la meta y en muchas ocasiones ya sabrá precisamente qué es lo que tienes que hacer. Probablemente tengas que utilizar distintas estrategias concatenadas hasta llegar al objetivo final.
- Si todavía no tienes claro lo que tienes que hacer porque te abruma comprobar que tu punto de partida está muy lejos de tu meta pregúntate qué mini metas o hitos deberás cumplir antes de llegar a tu objetivo final que no te obliguen a desviarte del camino. Haz una lista con estas mini mentas y céntrate de momento el na que esté más cerca de tu punto de partida. Seguro que ahora es mucho más fácil saber qué tienes que hacer para llegar allí. Escribe tu estrategia.
- Una vez tengas la estrategia clara (aunque sea para un hito más alcanzable y pequeño que el objetivo final) debes dividir esta en micro metas más alcanzables repartidas en el tiempo. Estas metas deben poderse medir de forma clara.
- Por otro lado divide las micro metas en tareas diarias, mensuales, recurrentes y específicas y fíjalas en el calendario.
- PRESTA ATENCIÓN A LO QUE OCURRE al comenzar a realizar las tareas para llegar a tus micro metas: Es la única forma de poder reconocer resultados positivos de cada meta.
- Por último define el cómo hacer cada tarea, define la táctica a utilizar en cada una de ellas.
- Recuerda que el fracaso en determinados puntos es parte del proceso, no es la antítesis del éxito, de hecho el éxito no es posible sin múltiples fallos (fracasos) hasta llegar a la excelencia.
- Mide, analiza, cambia los detalles para poder ajustar tus tácticas hacia la eficiencia.
Plantéatelo de esta manera, si tienes éxito directa y rápidamente no sabrás qué es lo que has hecho exactamente para alcanzarlo, ni qué es lo que debes hacer para evitar más errores. Sin embargo, si utilizas los fracasos para sacar información objetiva sobre lo que se necesita modificar para lograr que funcione, al conseguir llegar a tu meta, si vuelves a caer, podrás volver a seguir los mismos pasos de una manera más rápida y eficiente para llegar al mismo punto exitoso.
Los empresarios exitosos están familiarizados con el fracaso e incluso con las quiebras y por ello son capaces de llegar al mismo punto de éxito en menor tiempo de lo que les costó la primera vez.
Solo me queda decirte que las tácticas debes dejarlas para el momento en el que tengas una estrategia y un plan de acción claros, no utilices las tácticas (el «cómo hacerlo») antes de tener una estrategia y un plan porque estarás trabajando duro sin rumbo, sin inteligencia, estarás cavando un pozo sin sentido.
Me gustaría conocer si este post te ha servido para crear una estrategia clara hacia tu propósito.
Te leo en comentarios, 😉.
Hasta la próxima 🤗
Evaireneb